¿Cómo lidian los suecos con los trabajadores con problemas de actitud dado que son difíciles de despedir en Suecia?

Esto no es verdad. No es difícil despedir gente en Suecia. Es mucho más difícil en el resto de Europa (excepto Dinamarca) y en algunos sectores de EE. UU. (No es un experto en EE. UU.)

El principal obstáculo para que un empleador despida a las personas es que no es socialmente aceptado. El empleador corre el riesgo de tener una mala reputación.

En general, los empleadores suecos son muy exigentes a la hora de contratar personas. Es probable que obtenga un empleo por tiempo limitado y luego se prorrogará. En algunos pantanos, como el periodismo, este es un gran problema para los empleados.

Despedir personas después de un período de empleo

Un empleador puede simplemente reclamar “Arbetsbrist”, falta de trabajo, y luego despedir cuántos empleados quiere. Le pagan por el período de notificación, generalmente 3 meses.

Restricción: Debes despedir a las personas de acuerdo con la regla: último en entrar, primero en salir.

Alivio: el sindicato local puede aceptar no seguir la regla LIFO. Por lo general, esto se logra prometiendo beneficios adicionales a las personas que pierden su trabajo.

Fuego después de ubicación geográfica

Un empleador puede cerrar un sitio completo. Los empleados no reciben más que salario durante el período de notificación. Los sindicatos no pueden ir a la huelga o algo así

Fuego por razones personales

Un empleador puede despedir a un empleado específico sin ningún motivo. El sindicato tomará el asunto se lleva a los tribunales. Si el empleador no tiene ningún argumento en absoluto, como mal comportamiento, el empleado puede recibir una compensación con un pago máximo de 36 meses.

Como dice Stefan Hill, no hay dificultad para los empleadores en despedir personas. La principal diferencia entre Suecia y otros países es que el empleador tiene que explicar por qué quiere despedir a alguien.

Suecia también tiene un sistema extraño cuando se trata de despidos. El país en realidad hace que sea relativamente fácil cerrar una fábrica: el estado se encarga de los costos de reentrenamiento y el pago por despido. El razonamiento es que es mejor ayudar a las nuevas empresas a ponerse en marcha que mantener industrias apenas viables al borde de la bancarrota.