¿Puede ocurrir el comercio en una situación de juego de suma cero?

Si.

¿Pero suma cero qué ? La mayoría de los juegos no son suma cero. Los juegos de suma cero son la excepción, y rara vez existen en la palabra real.

Si tiene el potencial para el comercio (hay bienes), ya está fuera del ámbito de los verdaderos juegos de suma cero. Porque si tiene una distribución de preferencias, es posible (y probablemente) que su asignación inicial de bienes sea subóptima para todas las partes.

Ejemplo:

Suponga que hay 10 aguacates (a) y 10 plátanos (b).

Su función de utilidad, [matemáticas] u_1 = 4a + b
[/ math] Suponga que su asignación de bienes es de 3 aguacates y 5 plátanos.

Mi función de utilidad es [matemáticas] u_2 = 2a + 3b
[/ math] Supongamos que tengo una asignación de bienes de 7 aguacates y 5 plátanos.

Por cada plátano que me intercambies, te convertirás en 3 utilidades mejor.
Por cada aguacate que le cambio, me vuelvo mejor .5 utils.

Esta es la distribución de preferencias y una asignación de bienes que permite el comercio, a pesar de que los bienes en esta economía son constantes.

El libre comercio podría suceder, pero es poco probable. El comercio forzado (una forma de robo) siempre es posible. “Tu dinero o tu vida” es el comercio.

El libre comercio requiere esfuerzo y tiempo. Si el comercio es de suma cero, no el comercio es una suma positiva (se ahorra el esfuerzo y el tiempo). Las personas racionales no gastarán el tiempo y el esfuerzo sin esperar una ganancia neta (eso es para ambas partes). Las expectativas, por supuesto, podrían estar equivocadas.

Existen múltiples dimensiones de valor, y puede tener un comercio de suma cero con respecto a una dimensión, pero de suma positiva con respecto a otra.

Un ejemplo: imagina que tengo dos zapatos, pero ambos son para el pie izquierdo. Y tienes dos zapatos que son ambos para el pie derecho. El zapato izquierdo y el zapato derecho pueden tener el mismo valor indicado por los precios del mercado. Pero aún así tenemos un fuerte incentivo para comerciar, para intercambiar un espectáculo correcto por un zapato izquierdo. El valor, en términos de utilidad, en términos de nuestra satisfacción, se incrementa para ambos por este intercambio, aunque en términos de dólares es de suma cero.